Una Luz en la Vida

Una Luz en la vida

 

Mis queridos amigos:

 

Me siento inspirado a relatar un episodio de mi vida, cuando empezaba mi vida de religioso Salesiano, a los 17 años.

Estaba en el seminario, me gustaba mi nueva vocación y me esforzaba a cambiar de conducta – en el otro internado era un “pelusa”- y llegue a creer en base a mis serios esfuerzos que “me portaba bien”.

Pero las exigencias eran ya más estrictas, y un asistente me observaba todo el día, y los días viernes, el superior encargado me hacía ver, todo comportamiento mío fuera de los reglamentos y como debía corregirme.

Llegó una semana en que, convencido de haberme superado en todo, me presenté yo mismo a pedir las observaciones, seguro de que saldría airoso. No fue tal, con sorpresa amarga me encontré con puras constataciones negativas, casi como insinuando “aquí no hay esperanza”. Me retiré abochornado y fui a refugiarme en un potrero bastante alejado y empecé a sacar cuentas. Yo me había esforzado para mejorar, tenía plena conciencia, y a pesar de todo, no satisfacía las legítimas exigencias de los superiores, sólo en mi potrero, frente a una vaca que me miraba curiosa empecé a preguntarme ¿me voy o no me voy?.. “me voy o no me voy”. Pasé algunos minutos frente a esa alternativa, cuando una voz clara en mi conciencia me preguntó ¿a quién quieres servir?.. mi respuesta espontánea fue ¡ A Ti !.. y entonces… ¡ para qué alegas!, bajé la cabeza y me volví al patio con los demás. Esa respuesta me iluminó la vida, tuve claro a quién quería servir y nunca más dudé de mi vocación. Todas las dificultades se volvieron desafíos, hasta llegar al sacerdocio con plena y entusiasta conciencia de que ése era el camino, me sentí tan libre y lleno de alegría que la vida empezó a sonreírme, pasara lo que pasara.

 

¡ y aquí estoy!

 

Con todo cariño

Gustavo Ferraris del Conte